lunes, 23 de agosto de 2010

Y así piden 30000... que descaro

El desafío de los 30000 es uno de los tópicos que se puso de moda la semana que pasó. También es un hecho que quisiéramos eliminar de la memoria colectiva. No sólo que la dirigencia demostró que su capacidad de convocatoria es mínima, sino que además se empiezan a notar ciertas cosas que "algunos" pretenden tapar a toda costa.

En un estadio con capacidad para algo más del doble de espectadores cómodamente sentados es de esperar que una dirigencia que haya manejado adecuadamente el equipo, que obtenga resultados conforme a las expectativas de la hinchada y que goce del respeto de los socios y seguidores, una dirigencia como la que no tenemos, es de esperar que un llamado público a que asistan los hinchas a llenar menos de la mitad de la capacidad del Templo se haga efectivo.Sobre todo cuando viene el plus de dejar a un dólar la entrada a un partido de Sudamericana.

Pero, ¿acaso se podía esperar algo diferente? El plantel viene dejando mucho que desear en cuanto a resultados y también en cuanto actitud. Tenemos un técnico que insiste en un planteamiento que sólo en sus fantasías va a producir réditos futbolísticos, y de remate con la adquisición de jugadores que no sólo no aportan, sino que a corto plazo se convierten en verdaderos escollos. Así, tenemos un Christian Sánchez que debería convertirse en la solución de enganche de ese 4-3-3, pero que ni de lejos va a llegar a ser esa estrella del mediocampo que sueñan Llop y Gómez.

Fui al Monumental el día sábado, y tuve que constatar lo previsible. Con el añadido de perder un partido que bajo ningún concepto debimos haber entregado. Pero, se siguen añadiendo excusas, y por supuesto, ese falso protagonismo continúa como la bandera de lucha de una dirigencia que pretende que el Barcelonista se convierta en un mediocre de esquina, contentándose con la piltrafa de terceros lugares y no descensos. ¿Qué pasó con las promesas de renovación? ¿y qué con romper la maldición de más de una década sin campeonatos? Se quedaron en el deseo de ser protagonistas. ¡Cómo si la hinchada fuera tan estúpida y no se diera cuenta de que sin dar la vuelta olímpica por tantos años hemos seguido siendo los protagonistas del futbol ecuatoriano!

Pero ya se les viene el juicio del pueblo, la voz de Dios. Al que sólo le interesaba un trampolín político, se le acaba de romper la tabla. Es que esa demostración de desinterés y apatía del Supremo VA A SER LA MISMA EN LAS URNAS. Quien no puede convocar 30000 almas a un estadio en una ciudad de más de dos millones, donde la inmensa mayoría es barcelonista, ese ser no puede pensar en que va a convocar a las urnas el voto mayoritario para una Alcaldía, Prefectura o sabrá Dios que cargo aspira el susodicho.

También se están escuchando los ecos caninos de los que sienten que su tajadita de poder se les va de la mano. Esos malos hinchas que se han prestado a orquestar toda una tramoya en escenario para confundir a la fanaticada. Sigan, sigan ladrando, que ya se les cayó el telón.

martes, 3 de agosto de 2010

POST DEL RECUERDO.

A continuación y sin el permiso respectivo (con todas las disculpas del caso al Sr. Vendedor De Sueños), me permito colocar un post de un bloggero BARCELONISTA y que al igual que nosotros persigue el sueño de ver a BARCELONA libre de MAFIAS.

Obviaré el principio del post, puesto que sin querer el bloggero narró hechos de un sueño que lamentablemente en parte, se hicieron realidad. Pero dejaré el link del blog para que quién desee de lectura a los muy buenos artículos que este personaje entrega en su blog.

miércoles 4 de junio de 2008

LA PESADILLA.

..........en mi pesadilla, mientras veía la coronación de liga de quito como campeón mundial interclubes con cevallos parado sobre la mesa de premiación, con urrutia llorando desconsolado y con el tin delgado exultante por haber marcado el último penal, tomé la decisión fatal.

fui presuroso a comprar un arma en chimbo (¿o chambo? no sé). me costó u.s.$30. dicen que son muy malas, pero que matan muy bien. y en mi pesadilla fui a buscar a los expresidentes de barcelona de los últimos 10 años: paulson, bejarano, palacio, bohrer, romero, roggiero y maruri. y los maté. un tiro en la frente y un tiro en el corazón a cada uno. en algunos casos las balas encontraron un vacío enorme. quedaba todavía un tiro y ése me lo pegué yo. morí como medardo ángel silva: por amor.

al tercer día bajé a los infiernos
(allí dicen que van los que se suicidan) y, luego de pagar la tasa respectiva en el banco de guayaquil, me asignaron mi trinche y mi pailita, desde la que pude ver a los expresidentes de barcelona que había asesinado minutos atrás. allí estaban toditos: paulson estaba en la paila de los que venden todo y dejan al club en soletas, bejarano estaba en la paila de los que no hacen nada y dejan el club en soletas, palacio estaba en la paila de los demagogos que dejan al club en soletas, bohrer en la paila de los prepotentes que dejan al club en soletas, romero en la de los fanfarrones que dejan al club en soletas, roggiero en la de los incapaces que dejan al club en soletas y maruri en la de los ignorantes que solapan a los que han dejado al club en soletas. las pailas estaban ubicadas en círculo y, en el centro de todas, estaba una gran paila -mayor que las otras y más caliente-, pero vacía.

como todavía estaba lleno de furia y de desesperanza -y como en el infierno están los pecadores, así que se ha de poder seguir pecando allí- increpé a cada uno de los expresidentes de barcelona, les lancé el trinche, los escupí, les dije "ven pa' mearte hijueputa", les dije que debieron haber muerto en el intento, les lancé una bengala, los amenacé con las auditorías, etc. sólo me faltó mandarlos al infierno, porque hasta me acordé del presi y los mandé a la casa. cuando me calmé un poco -un poco, no más- entre todos, y cada uno desde su paila, me señalaban discretamente -algunos con el pulgar, otros con el índice, otros haciendo puchero- la paila del centro, la que estaba vacía, como diciéndome que el gran culpable es el que algún día va a ocuparla. en medio de la oscuridad del averno, del humo y de los lamentos, alcancé a ver una imagen grabada en la paila central; tenía de fondo los colores del club: oro y grana. no pude distinguir el rostro, pero no tenía cachos ni trinche. tenía bigote.

y me desperté.

http://apuntesdelvendedor.blogspot.com