El desafío de los 30000 es uno de los tópicos que se puso de moda la semana que pasó. También es un hecho que quisiéramos eliminar de la memoria colectiva. No sólo que la dirigencia demostró que su capacidad de convocatoria es mínima, sino que además se empiezan a notar ciertas cosas que "algunos" pretenden tapar a toda costa.
En un estadio con capacidad para algo más del doble de espectadores cómodamente sentados es de esperar que una dirigencia que haya manejado adecuadamente el equipo, que obtenga resultados conforme a las expectativas de la hinchada y que goce del respeto de los socios y seguidores, una dirigencia como la que no tenemos, es de esperar que un llamado público a que asistan los hinchas a llenar menos de la mitad de la capacidad del Templo se haga efectivo.Sobre todo cuando viene el plus de dejar a un dólar la entrada a un partido de Sudamericana.
Pero, ¿acaso se podía esperar algo diferente? El plantel viene dejando mucho que desear en cuanto a resultados y también en cuanto actitud. Tenemos un técnico que insiste en un planteamiento que sólo en sus fantasías va a producir réditos futbolísticos, y de remate con la adquisición de jugadores que no sólo no aportan, sino que a corto plazo se convierten en verdaderos escollos. Así, tenemos un Christian Sánchez que debería convertirse en la solución de enganche de ese 4-3-3, pero que ni de lejos va a llegar a ser esa estrella del mediocampo que sueñan Llop y Gómez.
Fui al Monumental el día sábado, y tuve que constatar lo previsible. Con el añadido de perder un partido que bajo ningún concepto debimos haber entregado. Pero, se siguen añadiendo excusas, y por supuesto, ese falso protagonismo continúa como la bandera de lucha de una dirigencia que pretende que el Barcelonista se convierta en un mediocre de esquina, contentándose con la piltrafa de terceros lugares y no descensos. ¿Qué pasó con las promesas de renovación? ¿y qué con romper la maldición de más de una década sin campeonatos? Se quedaron en el deseo de ser protagonistas. ¡Cómo si la hinchada fuera tan estúpida y no se diera cuenta de que sin dar la vuelta olímpica por tantos años hemos seguido siendo los protagonistas del futbol ecuatoriano!
Pero ya se les viene el juicio del pueblo, la voz de Dios. Al que sólo le interesaba un trampolín político, se le acaba de romper la tabla. Es que esa demostración de desinterés y apatía del Supremo VA A SER LA MISMA EN LAS URNAS. Quien no puede convocar 30000 almas a un estadio en una ciudad de más de dos millones, donde la inmensa mayoría es barcelonista, ese ser no puede pensar en que va a convocar a las urnas el voto mayoritario para una Alcaldía, Prefectura o sabrá Dios que cargo aspira el susodicho.
También se están escuchando los ecos caninos de los que sienten que su tajadita de poder se les va de la mano. Esos malos hinchas que se han prestado a orquestar toda una tramoya en escenario para confundir a la fanaticada. Sigan, sigan ladrando, que ya se les cayó el telón.
Chucha, te puse un comment en el primer post y no era tuyo.
ResponderEliminarSaludos.